Algunos términos relacionados con la ciberseguridad pueden resultar complejos y confusos para los usuarios que carecen de conocimientos avanzados en esta disciplina. Por ejemplo, los expertos emplean dos términos similares: «violación de datos» (data breach) y «fuga de datos» (data leak) para describir situaciones en las que se expone información sensible.
Aunque en diversas ocasiones la población utiliza estos términos de manera intercambiable, es crucial señalar que existen diferencias significativas entre una fuga de datos y una violación de datos. Comprender estas diferencias puede facilitar a las empresas y a los usuarios la implementación de estrategias más efectivas para protegerse frente a estas dos condiciones.
El término «violación de datos» se refiere al acceso o adquisición no autorizados de información por parte de un actor externo, generalmente como consecuencia de un ciberataque o de una brecha en la seguridad. Por el contrario, una fuga o filtración de datos implica la divulgación o exposición de información sensible debido a errores internos o negligencia por parte del personal.
Una diferencia fundamental entre ambos conceptos radica en que, mientras que una violación de datos es inherentemente intencionada, una fuga de datos suele ser accidental y puede originarse a partir de diversas fuentes, como bases de datos mal configuradas o errores humanos; sin embargo, en algunas ocasiones, también puede ser provocada por atacantes malintencionados.
Fuga de datos vs Violación de datos
En una filtración de datos, la información sensible se encuentra indebidamente expuesta. Este fenómeno puede ser resultado de diversos tipos de ataques malintencionados o de accidentes en los cuales una persona, por error, envía información confidencial a un amplio grupo de personas que no están autorizadas a acceder a dicha información.
En el caso de una fuga de carácter accidental, a pesar de que no exista una intención delictiva, la filtración resultante puede provocar daños significativos a una organización. Por ejemplo, el envío erróneo de un documento sensible a múltiples destinatarios o el funcionamiento inadecuado de una aplicación que divulga involuntariamente datos privados pueden tener repercusiones muy graves.
Esta situación resalta la importancia de que las organizaciones adopten medidas integrales de ciberseguridad para minimizar la probabilidad de que tales incidentes ocurran.
La violación de datos, por otro lado, es un fenómeno más específico. En este contexto, los datos sensibles quedan expuestos como resultado de un ciberataque. Los expertos clasifican las violaciones de datos según el tipo de vector de ataque empleado y la identidad del perpetrador. En este sentido, se pueden distinguir dos tipos principales de violaciones de datos: aquellas que son perpetradas por actores externos que constituyen una amenaza, y las que son ocasionadas por amenazas internas o asociados a la organización.
Las amenazas internas, a su vez, pueden clasificarse en tres categorías: ataques malintencionados, ataques por negligencia y situaciones de reclutamiento. A diferencia de las fugas de datos accidentales, las violaciones de datos nunca son involuntarias; siempre involucran una intención maliciosa.
Cómo prevenir las fugas y filtraciones de datos
La respuesta más fundamental para abordar ambas situaciones consiste en fortalecer la ciberseguridad, así como las herramientas de prevención de pérdida de datos y el software destinado a contrarrestar amenazas internas. Es imperativo que las organizaciones destinen recursos adecuados para garantizar la protección integral de sus redes.
Las ciberdefensas deben trascender el perímetro de seguridad, enfocándose en la protección del núcleo de la red. Esto implica la implementación de medidas como la segmentación de red, una gestión más eficaz de la identidad y el acceso, así como sistemas reforzados mediante encriptación, entre otros aspectos.
Todos estos conceptos están intrínsecamente relacionados con la necesidad de una planificación más efectiva. En términos generales, los expertos en ciberseguridad destacan que las empresas no adoptan un enfoque suficientemente proactivo para defenderse contra este tipo de amenazas.